El hito de Franco Armani en la Libertadores que empezó en Atlético Nacional | OneFootball

Franco Armani ha alcanzado un hito extraordinario en su carrera (uno más) al disputar 100 partidos en Libertadores. La historia, claro, la empezó a escribir con Atlético Nacional.

Entre 2014 y 2017, el arquero argentino vistió la camiseta verdolaga en las noches más emocionantes del torneo continental. Su actuación más recordada fue, sin duda, la consagración en la Copa Libertadores de 2016 atajando la final ante Independiente del Valle en la que se consolidó como héroe absoluto para los hinchas del más grande del FPC.

FRANCO ARMANI, ÍDOLO TOTAL EN ATLÉTICO NACIONAL Y RIVER PLATE

FOTO: GETTY IMAGES | ONE FOOTBALL

Aquella campaña de 2016 quedó grabada en la historia del club y del fútbol colombiano. Franco Armani, con sus atajadas milagrosas y su temple en los momentos más críticos, fue la roca que mantuvo firme a Atlético Nacional en el camino a la consagración. En esas 30 apariciones en el torneo, el arquero dejó su corazón en cada juego, representando los valores del club y dándole seguridad a un equipo que hizo soñar a toda una afición. No solo defendió un arco; defendió un sueño colectivo que, gracias a su grandeza, se hizo realidad.

Ahora, al atajar otros 70 con River Plate (también fue campeón), llegó a los 100 partidos en la Libertadores. De tal forma sumó su nombre a los gigantes del torneo, con solo 3 futbolistas por delante en la lista de presencias: Éver Hugo Almeida (113), Fábio (109) y Sergio Aquino (107). Igualó la cantidad disputada por Enzo Pérez.

Para los hinchas de Atlético Nacional, esos 30 partidos en los que lo vieron brillar son mucho más que estadísticas. Cada uno de esos encuentros está lleno de recuerdos, de noches épicas en las que Armani fue el salvador, el líder y, finalmente, el campeón de América. Hoy continúa su carrera en River Plate, donde ha sumado otras grandes noches. Su nombre siempre será sinónimo de grandeza, y en cada partido de Libertadores, los hinchas verdolagas recuerdan con orgullo que, un día, él fue su arquero, su campeón, y una leyenda viva en el Atanasio Girardot.