FCBN
·3 Februari 2025
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El mercado de fichajes de invierno comenzó sumamente agitado para el FC Barcelona con el 'lío' de las inscripciones de Dani Olmo y Pau Víctor. Después de un par de semanas de incertidumbre y de intentar solucionar esta carpeta mediante diversas vías, finalmente el club logró registrarles gracias a la cautelar otorgada por el Comité Superior de Deportes.
A partir de ahí, y una vez de regreso en la regla 1:1 tras la venta de la explotación de los asientos VIP del Spotify Camp Nou, la entidad azulgrana trató de cerrar tres salidas y una posible incorporación para reforzar el equipo de Hansi Flick. Debido al 'overbooking' en el eje de la defensa, los culés querían desprenderse de un central para ganar margen salarial y hacer frente al fichaje de un delantero.
El principal candidato de la dirección deportiva era Eric García, quien tenía un par de ofertas del Girona y del Como 1907 sobre su mesa, pero las mismas fueron consideradas insuficientes y esto, sumado al deseo del entrenador de seguir contando en sus filas con el '24', terminaron trucando su salida.
La estadía del canterano, junto a la renovación de Ronald Araujo, pusieron los focos sobre Andreas Christensen, prácticamente inédito este curso debido a sus problemas físicos. El danés, con contrato hasta 2026, nunca ha contemplado su marcha del club, pero los culés no le han ofrecido la renovación y su rol en la plantilla es cada vez más residual. El Brentford quiso aprovechar esta coyuntura para ficharle, pero una inoportuna lesión en el sóleo frenó las negociaciones. Sin embargo, todo apunta a que el defensor cambiará de aires en junio.
Por último, el Barça intentó convencer a Ansu Fati de probar suerte en un nuevo destino en calidad de cedido. Clubes como Sevilla, Besiktas, Benfica y Fenerbahçe se interesaron en su situación, pero el delantero se mantuvo firme en su postura de no escuchar ofertas y seguir vistiendo de azulgrana, aunque los catalanes tienen claro que no jugará y que su carpeta se volverá a abrir al finalizar la temporada.
Estos intentos fallidos impidieron que los azulgranas liberaran el margen salarial necesario para hacer frente a la operación de Marcus Rashford. Flick le trasladó a Deco su deseo de, si estaba dentro de las posibilidades, reforzar la delantera con un jugador diferencial que sirviera de respaldo en caso de que alguno de los cracks del tridente ofensivo se lesionara, y el inglés aparecía como un auténtica oportunidad de mercado.
El futbolista había dado la luz verde a los culés y el Manchester United estaba dispuesto a desprenderse de él mediante un préstamo, pero los catalanes se vieron obligados a tirar la toalla a pocos días de cerrar el mercado al no poder darle garantías de que sería inscrito. Por ello, priorizaron las renovaciones claves para 'blindar' el futuro, con Araujo, Pedri y Gavi comprometiéndose con el club por, al menos, cinco años más.