Será por siempre el "Palomo" | OneFootball

Algunos dicen que solo mueren quienes quedan en el olvido, mientras que aquellos que son recordados viven para siempre. Muchas de las grandes glorias de la historia de Independiente ya no están entre nosotros, pero si hay uno que, quizá  por poco tiempo, lleno de sonrisas a la hinchada del "Rojo" y dejó un legado imborrable ese es Albeiro Usuriaga, cuya partida física se produjo hace exactamente 21 años.

El "Palomo", apodado así por su altura de 1.92 metros, nació el 12 de julio de 1966 en Cali, Colombia, y fue una de las figuras del Independiente de 1994-1995, años en los que se obtuvieron el Torneo Clausura, la Supercopa y la Recopa Sudamericana. El colombiano destacó por la calidad técnica que tenía, inusual en un jugador tan alto, y la velocidad para moverse con y sin pelota.

Lamentablemente, el 11 de febrero de 2004, fue asesinado cuando salía de un negocio del barrio 12 de Octubre de la ciudad de Cali, el cual solía frecuentar con amigos y familiares. Aquella noche fatal, un hombre se bajó de una moto y le disparó 13 veces, aproximadamente a las 19.00. Posteriormente, se confirmó que el crimen fue ordenado por Jefferson Valdez Marín, jefe de una banda de sicarios llamada Molina, y con cuya novia habría salido el "Palomo" anteriormente. Pese a esto, sus seres queridos siempre afirmaron que fue asesinado por defender su barrio de las organizaciones criminales, a las cuales no les permitía acercarse.

En sus pasos por el "Rey de Copas" (1994-1995 y 1996-1997) Usuriaga disputó 63 partidos y anotó 20 goles. Además, en su carrera también jugó en América de Cali, Deportes Tolima, Cúcuta Deportivo, Atlético Nacional (todos equipos de su país natal), Málaga, Necaxa, Barcelona de Guayaquil, Santos, Millonarios, Atlético Bucaramanga, General Paz Juniors, All Boys (estas últimas las otras dos experiencias que tuvo en el fútbol argentino), Sportivo Luqueño y Carabobo.

Sin duda es uno de los futbolistas más carismáticos y talentosos que se han visto en Independiente, y su rendimiento dentro de la cancha muchas veces hizo olvidar sus constantes salidas de fiesta, algo que no le impidió quedar en el corazón del pueblo rojo. Luego de varios años en los que los jugadores extranjeros que pasaron por el club no dejaron ninguna marca, e incluso fueron un problema en varios casos, la figura de Albeiro Usuriaga permanece más latente que nunca: por lo que le dio a Independiente, por su carisma, por su triste final, simplemente será por siempre el "Palomo".