El Barça pierde el tren de la victoria ante el Madrid (89 – 91) | OneFootball

El Barça afrontaba los cinco días más importantes de la temporada. Tras asaltar el Olímpic de Badalona el domingo pasado y arrebatarle la quinta plaza al Joventut, los azulgranas encadenaban El Derbi y El Clásico con la misión de dar un golpe sobre la mesa en Liga y consolidar su candidatura para los Playoffs. En Euroliga, la hazaña en el Ülker Sports Arena de Turquía ante Fenerbache permitió a los azulgranas depender de ellos mismos ante Virtus Bologna en el Palau para poder avanzar directamente hacia la ronda eliminatoria.

Sin embargo, la lista de bajas del Barça era cada vez más larga y, ante el eterno rival, los azulgranas contaban únicamente con nueve jugadores de la primera plantilla. La polémica baja de última hora de Dame Sarr en el tramo más importante de la temporada sentó momentáneamente cómo un jarro de agua fría pero, cómo se suele hacer el Barça en estos casos, La Masía dio un paso al frente; Raúl Villar, Sayon Keita y, como novedad, Mathieu Gruijcic, completaron la convocatoria de Joan Peñarroya. Un Clásico más, el ambiente del Palau fue excelente; lleno hasta la bandera, más ruidoso de lo habitual y, por lo tanto, mucho más caliente. El repertorio de cánticos en favor de los azulgranas retumbaba en las paredes del Palau desde mucho antes de empezar el encuentro.

Una vez más, La Masía dando a conocer a los grandes nombres del futuro; Raúl Villar, recuerden su nombre | Fuente: @FCBBasket (X)

El Barça saltó con Satoransky, Punter, Anderson, Parker y Fall, pero el inicio del partido no siguió el guión esperado. Llull y Campazzo propulsaron al Madrid desde el perímetro para despegarse hasta los siete puntos de ventaja, pero la puntería de Kevin Punter volvió a ser diferencial para los azulgranas; 11 puntos y 2 triples para La pantera del Bronx, que celebró su renovación con una gran actuación en un primer periodo marcado por los ‘roces’ entre ambos equipos.

Mención honorífica para Willy Hernangómez que, desde su ingreso a pista desde el banquillo, estuvo involucrado en todas las acciones de contacto habidas y por haber, poniendo en juego su físico con el único objetivo de asegurar el rebote. Quién también brilló con luz propia en los tres minutos que estuvo sobre la pista fue Raúl Villar. El rookie impactó de inmediato en el juego de los azulgranas, anotando sus tres tiros a canasta y aportando intensidad en defensa. El Barça consiguió cerrar el primer cuarto con cuatro puntos de ventaja (24 – 20).

A día de hoy, la capacidad anotadora de Kevin Punter es el factor más diferencial del Barça | Fuente: @FCBBasket (X)

Las fuerzas se igualaron en el segundo cuarto, cuándo el Barça rebajó la intensidad inicial y el Madrid no desaprovechó la ocasión para adelantarse en el marcador. Musa y Feliz lideraron a los blancos, que frenaron a los azulgranas por debajo de los 15 puntos en un cuarto en el que Tomas Satoransky fue el máximo anotador con 6 puntos. Pese al desacierto del Madrid desde el perímetro, las concesiones del Barça en la zona facilitaron la remontada madridista, que se saldó con tres puntos de ventaja al descanso (39 – 42).

Tras el intermedio, Peñarroya mantuvo la apuesta en la pintura por Willy en lugar de Fall. Sin embargo, la mejora de Tavares obligó al técnico egarense a reajustar el plan de partido, y el pívot senegalés regresó a pista tan pronto como el Madrid amagaba con irse por encima de los cinco puntos de ventaja. Precisamente, del duelo de altura en la pintura saltaron chispas entre Fall y Tavares, con Usman Garuba como tercer implicado en la trifulca.

A corto plazo, el Barça no sacó nada positivo del ‘pique’ entre ambos gigantes y siguió a remolque. Sin embargo, una técnica sobre Tavares al no querer ceder el balón a Satoransky para retrasar el saque de fondo mandó directamente al caboverdiano al banquillo. No es de extrañar que ‘Edy’ no quisiera saber nada de ‘Sato’, tras el tremendo póster que se llevó cómo recuerdo por parte del base checo. La efervescencia azulgrana fue frenada tras la segunda técnica de Fall, que no supo controlar sus impulsos y se fue al vestuario antes de tiempo. El Madrid campó a sus anchas al contraataque e Ibaka impuso su ley bajo los tableros. El triple sobre la bocina de Musa calmó las aguas a favor de los blancos, que pusieron tierra de por medio al final del tercer tiempo (61 – 68).

Tomas Satoransky firmó uno de sus mejores partidos esta temporada, pero aún así no fue suficiente para derrotar al eterno rival. | Fuente: @FCBBasket (X)

El último acto de un Clásico siempre promete emociones fuertes y, en esta ocasión, la intensidad de ambos equipos no dieron opción a otro final posible. Los azulgranas arrollaron a los blancos con un parcial inicial de 5-0 en menos de un minuto. El Madrid, pese a ser consciente de que se le podía escapar el tren de la victoria en Barcelona, no paró el partido y el Palau disfrutó de cinco minutos sin interrupciones de baloncesto en estado puro.  Propuestas y respuestas constantes por parte de ambos conjuntos, que intercambiaban el liderato en el marcador posesión tras posesión.

El partido estaba roto y el punto de inflexión podía llegar en cualquier momento. Tras dos bandejas consecutivas de Brizuela, el Barça recuperó momentáneamente el mando del partido para hacer estallar al Palau. Sin embargo, una ‘mandarina’ de Llull devolvió a la realidad a los azulgranas, que pagaron caras sus desconexiones defensivas cuando Dzanan Musa asestó el golpe de gracia desde el perímetro con un triple a falta de 36 segundos para el final.

Por un momento, parecía que tras las bandejas de Punter y, de nuevo, Brizuela, el Barça aún no había dicho la última palabra. Gaby Deck fue el último en acudir a la línea de personal, pero la olla a presión del Palau encogió al argentino, que erró sus dos tiros libres para darle una vida extra al Barça. Sin embargo, en un nuevo reflejo del purgatorio en el que los azulgranas viven atrapados prácticamente desde que empezó la temporada, el tiempo se agotó antes de que pudieran aprovechar su última posesión (89 – 91).

La intensidad de Joel Parra fue el origen de la reacción al principio del último cuarto. El alero catalán gana galones dentro del equipo. | Fuente: @FCBBasket (X)

El tiempo que le sobró al Barça para acercarse al Madrid al principio del cuarto fue el que luego le faltó para poder culminar la remontada, y el balance de los últimos ocho Clásicos sigue siendo aplastante a favor del conjunto blanco. Al Barça necesita aferrarse a los Playoffs, pero aún le quedan siete jornadas en las que está obligado a no fallar.

Dónde tampoco pueden fallar es este próximo viernes ante Virtus Bologna; partido clave para matar dos pájaros de un tiro, con una victoria con la que puedan reponerse al ‘mazazo’ del Clásico y lograr el pase directo a la fase final de la máxima competición europea. Irónicamente, el tiempo dirá.