Revista MadridistaReal
·18 novembre 2024
Revista MadridistaReal
·18 novembre 2024
Después de un trimestre de rodaje oficial, el Real Madrid continúa sin coger la velocidad de crucero. Ni mucho menos llega al notable. La situación parece encauzada tras el triunfo curativo frente a Osasuna, pero con el Liverpool, en el siempre imponente Anfield, a la vuelta de la esquina, aún los malos síntomas del pasado siguen sobrevolando al cuadro comandado por Carlo Ancelotti, quien lidera un dato preocupante y peculiar.
El equipo del técnico italiano, diseñado para llenar las vitrinas del Santiago Bernabéu de títulos a final del presente curso, tiene un serio problema a la hora de atacar. Un lunar importante. Y es que, en esa labor, los blancos son el conjunto menos compacto de la competición doméstica según los datos de la plataforma OPTA: hay una distancia de 41 metros entre delanteros y defensas cuando los pupilos de Carletto arremeten contra sus rivales.
En LaLiga EA Sports, Celta Vigo, Atlético de Madrid y Las Palmas se encuentran en las antípodas respecto al Madrid. Polos opuestos. Son los tres equipos del primer escalafón del fútbol español que atacan de manera más firme, en armonía. Y justo detrás de los canarios aparece, de pleno derecho, el renovado FC Barcelona de Hansi Flick, preparador que le ha hecho un lavado de cara al elenco azulgrana.
Los datos evidencian que el conjunto madridista no ha tapado todavía sus carencias en territorio contrincante. Con el debate asiduo de la posición de Kylian Mbappé, jugador que salvo sorpresa seguirá haciendo labores de ‘9’, el Real Madrid necesita dar un giro de timón en la zona atacante para realizar un juego coral, centelleante, que llene los ojos de los aficionados. Un cargo que cae, de igual forma, sobre la zaga y la medular, líneas de campo habituadas a observar de lejos las acometidas de sus delanteros.
Por el momento, la parroquia merengue se ha llevado más sinsabores que alegrías. No tanto en resultados (a pesar de los traspiés… el equipo capitalino está vivo en Liga y Champions), sino en el desarrollo de los partidos. Al engranaje le falta algo de sal. Y el que dispone de recursos para aliñar el asunto no es otro que el propio Carlo Ancelotti.