Santa Fe Deportivo
·24 dicembre 2024
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En la historia de Colón y Boca han pasado muchos jugadores que vistieron ambas camisetas. En general, los protagonistas de grandes títulos son de los más recordados, pero hay otros nombres que sin tanto cartel lograron meterse en el corazón del hincha y dejar su huella en ambas instituciones. Paolo Goltz (campeón con ambos) Hugo Benjamín Ibarra, Clemente Rodríguez, Pablo Ledesma, el «Cata» Daniel Díaz, el arquero que ahora vuelve a Colón Marcos Díaz, Cristian «Kichán» Pavón, Seba Prediger, Bruno Uribarri, Damián «Kitu» Díaz, Pablo Jerez, Franco Cángele, Marcelo Meli, Leandro Gracián, o antes en el tiempo grandes nombres como el «Negro» Orlando Medina o José Luis «Poroto» Saldaño (cordobés goleador y campeón del mundo con el Boca del «Toto» Juan Carlos Lorenzo en 1978 contra el Borussia Mönchengladbach alemán).
El paranaense Jorge Alberto Comas es uno de esos casos, ya que si bien no jugó tantos años, es muy recordado por los hinchas de los años 80. Jugaba de extremo izquierdo y era tan rápido como goleador. Fue a Vélez desde Colón y de allí a Boca en 1986 y supo meterle goles importantes a grandes rivales. De hecho Comas marcó el gol que le dio la victoria a Colón por 1 a 0 contra River Plate el 14 de septiembre de 1980, de cabeza tras un corner en el primer palo a los 23′ del ST.
No ganó títulos en Boca pero metió 63 goles en 126 partidos, un gran promedio para la cantidad de encuentros que se disputaban por año, menor a la de ahora. En 1989 dejó el club enfrentado con Carlos Aimar (DT en ese entonces) y Antonio Alegre (presidente de ese momento) y desembarcó en los Tiburones Rojos de Veracruz de México.
Un hecho que los hinchas de Boca de aquella época recuerdan fue que convirtió dos goles olímpicos en el verano del 88. Uno de ellos a Racing donde atajaba Ubaldo Fillol y otro a River donde Nery Pumpido defendía los tres palos. Cosas del destino, justo dos campeones del mundo lo sufrieron en carne propia.
Se fue de Boca tras cuatro temporadas en las que no pudo lograr un campeonato, pero sí consiguió dejar una huella. El tridente que formó con Jorge Rinaldi y Alfredo Graciani es inolvidable para todos los hinchas que vivieron esas épocas de mucho sacrificio y pocos triunfos. Terminó su campaña boquense con 63 anotaciones y siempre peleó por el título de máximo goleador. De hecho, en 1986/87 quedó a un gol de Omar Arnaldo Palma, del campeón Rosario Central.
A los 33 años colgó los botines y con el retiro comenzó la peor etapa de su vida. “En un momento estuve más muerto que vivo. Me agarró una depresión muy grande, en la que lo más difícil fue luchar contra mí mismo. Mis amigos y todos mis familiares me usaron, me trataron de una manera cuando yo era futbolista y de otra cuando dejé de jugar. Antes estaban todo el tiempo conmigo y después no me dieron ni la hora. Por eso me peleé con mi madre, mis hermanos y mi ex esposa”.
En 2004 regresó a Veracruz, donde todavía hoy vive. Allí atravesó momentos complicados, como cuando fue detenido por agredir al periodista Jorge Rocha Solano, quien lo tildó de “alcohólico”, o cuando fue expulsado de una cena de gala organizada para estrellas de Real Madrid por querer agredir a uno de los comensales. Comitas siempre se preocupó por desmentir su supuesto problema con la bebida y hoy dejó atrás sus problemas y es feliz.
Trabajó durante ocho años en los Tiburones rojos y, aunque se queja porque “no le dieron la oportunidad” de dirigir, recuerda su carrera con cariño. De la misma manera en la que lo recuerdan los hinchas de todos los equipos en los que jugó.
La vida en México: entre la cárcel y la soledad
Cuando Jorge Comas llegó a Veracruz, rápidamente se ganó el cariño de todos al igual que en Boca. Llevo su velocidad y quiebres de cintura allí entre 1989 y 1994, año en el que emprendió el regreso al país para retirarse en Colón, donde debutó en Primera a los 19 años siendo el DT el Gitano Miguel Antonio Juárez.
En sus años tras el retiro, volvió a México e hizo algunos negocios que no le salieron del todo bien, casi como varios futbolistas que no logran retener su fortuna. Tuvo algunos problemas como peleas en bares y restaurantes en distintas ocasiones, pero un hecho más grave lo llevó a prisión. Fue condenado en 2021 por violencia de género a 3 años de cárcel. Los hechos sucedieron en la localidad de Mocambo (Veracruz), donde hasta el día de hoy continúa viviendo.
Jorge Comas salió de la cárcel y almuerza mariscos frecuentemente en Veracruz.
Según revelaron fuentes al diario Clarín, lo ven enojado con la vida y totalmente solo, como sintiendo que de alguna manera le soltaron la mano. “Perdió su casa, no tiene trato con su familia, está solito con su alma”, consignaron desde México a la fuente citada. Una vez que cumplió su condena, intentó volver a la materia de la que más sabe: el fútbol.
Si bien no da entrevistas, comentaron que está como ayudante en una academia de arqueros de la ciudad. Fue Alejandro Sánchez, oriundo de allí, quien decidió ayudarlo en su reinserción y acercarlo nuevamente a la pelota. Comitas no da entrevistas y esquiva a absolutamente cualquier comunicador que quiera hablar con él.
Su regreso al fútbol en México con 64 años
Ya reinsertado luego de estar unos años en la cárcel, Jorge Comas volvió al fútbol con 64 años. Para matar el tiempo y también por momentos la soledad, el ex-futbolista despunta el vicio en el senior del Cosmos Music de Veracruz, según reveló el diario Clarín.
Fuente Clarín, Planetabj.com y uncanio.com.ar