DaleRojo
·7 maggio 2025
Parce, este es nuestro semestre y ni el agua nos detendrá

DaleRojo
·7 maggio 2025
¡Parce, esto que te vamos a contar parece sacado de una película apocalíptica pero con corazón rojo! Un aguacero brutal cayó sobre Itagüí y le metió tremendo sablazo a la sede del poderoso Deportivo Independiente Medellín. Eso no fue lluvia, fue como si abrieran la ducha del cielo con toda.
Según los datos que tiraron los expertos —esos mismos que nunca nos meten en los favoritos—, en solo unas horas cayó el agua que normalmente debería caer en todo un mes. ¡Imaginate eso, parcerito! Un diluvio, pero con el corazón rojo firme. Los pasillos inundados, las camisetas flotando y hasta los guayos casi salen nadando. Pero el Poderoso, como su nombre lo dice, no se rinde por unas goticas más o unas goticas menos.
Y mientras las instalaciones sufrían el embate de la tormenta, los hinchas en redes activaron el combo solidario. Mensajes de apoyo, memes de aguante y hasta rifas improvisadas pa’ ayudar a levantar lo que el agua quiso tumbar. Porque Medellín no es solo un equipo, es un parche, una familia, una energía que no se moja ni se apaga. ¡Esto es el verdadero poder popular!
Ahora, entre nos, no nos dejemos nublar la mente por el aguacero, parce. Este semestre es nuestro, y punto. Así lo dejó clarito el equipo del profe Alejandro Restrepo en el último clásico. ¡Qué manera de empatarle a Nacional con nueve jugadores y en los últimos minutos! Eso no fue fútbol, fue una declaración de principios: “¡Aquí estamos y no nos vamos a dejar de nadie!”
Esa tarde, con el alma al borde del abismo y el marcador en contra, los muchachos sacaron casta, corazón y coraje. Porque en Medellín nadie juega solo, aquí se juega por una hinchada, por una ciudad, por una historia que ni la lluvia puede borrar. Y mientras unos celebraban antes de tiempo, nosotros les mojamos la fiesta con un empate que supo a victoria.
Así que tranquilos, parceros. Que si la sede se inunda, la pasión se desborda. Que si el campo se anega, las ganas nadan hasta el gol. Porque el Medellín no se rinde, ni se esconde, ni se deja. ¡El Medellín se levanta, como siempre, con el alma empapada de orgullo y los botines listos pa’ la batalla!
Y ya sabés, mi llave: ni la lluvia más berraca nos detiene. Porque el rojo no se diluye, el rojo se intensifica. Porque este semestre es del Poderoso, y al que no le guste… que se prepare pa’ mojarse con nuestras lágrimas de gloria. ¡Vamos Medellín, carajo!
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Duro golpe a las Poderosas en Itagüí