La Galerna
·22 de dezembro de 2024
La Galerna
·22 de dezembro de 2024
El Madrid partía con el objetivo de ganar, como siempre, pero el acicate era mayor, si cabe, tras el enésimo tropezón del Barça de Flick, que ya pierde hasta con el Atleti, algo así como si los blancos cayesen derrotados frente al Castilla, o contra sus propios suplentes. Al final, el objetivo se cumplió y los madridistas llegan a fin de año por delante del equipo cliente de Negreira y con un partido menos.
Cuando parecía que los tiempos de Camavinga como lateral izquierdo eran un mero recuerdo, Carlo decidió que el francés volviese por Navidad, como el Almendro, a esa demarcación. Consecuencia inmediata: Fran García y Mendy comenzarían el encuentro en el banquillo, donde cometer errores es más difícil. Con ambos laterales izquierdos sanos, que ocupe su lugar el mejor pivote del equipo es significativo. La defensa la completaban el imprescindible Rüdiger y los ahora habituales Tchouaméni y Lucas. Una zaga con dos franceses exiliados del medio del campo, lugar poblado por Ancelotti con Valverde y Ceballos, principalmente, más las ayudas de Bellingham y Brahim desde arriba y las de Eduardo y Aurélien desde abajo. Completaban el once Rodrygo y Kylian.
Antes del encuentro, el equipo ofreció la novena Intercontinental a la afición. También fue homenajeado Jesús Navas, ambos equipos le hicieron el pasillo mientras era aplaudido sin reservas por el Bernabéu. La clase se tiene o no se tiene, como el techo retráctil.
Los pupilos de Carlo no comenzaron acarajados, sino fluidos, y en torno al minuto diez Mbappé quitó las telarañas de la portería sevillista con un trallazo descomunal desde la estación de Nuevos Ministerios. Se confirmaban las buenas sensaciones que había dejado el delantero en los últimos encuentros. Este es el Mbappé imparable que conocíamos, el que marca todos los partidos, un Mbappé desencadenado, en el sentido de que por fin parece haberse liberado de las cadenas, sobre todo mentales, que le impedían rendir. Si bien es cierto que aún hay aspectos mejorables.
Seis minutos después, Kylian remató alto en boca de gol un buen centro de Lucas. El bote le traicionó. El Madrid estaba jugando muy bien, aunque los de Pimienta avisaron con una llegada que alejó de puños Courtois. Acto seguido, Kike Salas evitó que Lucas Vázquez anotara el segundo. Pero nadie pudo evitar el gol de Fede segundos después. Otro cañonazo. Esta vez desde la estación de Atocha. Del meneo se cayeron las bolas de todos los árboles de Navidad del distrito de Chamartín. Se comenta que algún vecino quisquilloso ha escrito al ayuntamiento reclamando la prohibición de los zambombazos de Valverde por superar el umbral de dolor del antimadridismo.
Con cien cañones por banda no, pero con dos por el centro sí estaba apabullando el Madrid al Sevilla. Instantes después, Rodrygo se guisó y se comió un balón que no supuso el tercero por centímetros. Menudo partidazo estábamos contemplando en el Bernabéu, en parte gracias a la labor de Ceballos, que esta campaña siempre que participa aporta consistencia al juego. Dani empasta bien con Fede.
En el 33', Goes se desquitó. Nueva internada de Lucas que sirvió un balón perfecto para que el brasileño la colocara de nuevo en el fondo de la portería.
Mientras aún andábamos celebrando el tercero, Isaac Romero acortó distancias con Tchouaméni y Lucas como espectadores de lujo, aunque no fueron los únicos que se relajaron en la jugada. El siete rojo remató de cabeza solo a escasos metros de Thibaut. El tanto empañaba una primera parte del Madrid inmaculada hasta ese instante.
Poco antes del descanso, Lucas se plantó frente a Álvaro, pero decidió chutar en lugar de ceder a Kylian y su violento punterazo lo repelió el guardameta. A punto estuvo Ceballos de anotar en la siguiente jugada.
Así se llegó al descanso. 3-1. Una de las mejores primeras partes de la temporada.
La segunda parte arrancó con un error grave de Courtois con los pies que subsanó él mismo. En la siguiente jugada, otra pifia. No había lugar a la relajación si el Madrid no quería un disgusto, así que Mbappé decidió que había que espantar posibles fantasmas y realizó una magnífica jugada, se apoyó en Lucas, y asistió a Brahim para que la levantara sobre Álvaro y colocase el 4-1.
Poco después se incorporó al juego Jesús Navas para disputar sus últimos minutos como profesional y el Bernabéu lo recibió aplaudiendo en pie. Respeto.
Cuando el reloj marcaba el 67, año de publicación del Sgt. Pepper's, una nueva buena acción de Mbappé no terminó en doblete de Rodrygo por el surco de un vinilo. Dos minutos después, Kylian remató alto.
En el 70 se separaron los Beatles y en el encuentro de hoy fue el momento de los primeros cambios de Ancelotti, Ceballos y Rodrygo dejaron su lugar a Modric y Güler. El Sevilla respondió a las sustituciones con un lanzamiento al poste de Isaac Romero.
Cuando restaba un cuarto de hora de partido, se retiró Bellingham entre estrofas de Hey Jude. Ocupó su lugar Asencio, que se situó en el lateral derecho y empujó a Lucas al extremo.
En el 81' Mbappé no dio ningún golpe de estado, pero fabricó una jugada que de haber terminado en gol habría sido de los mejores del año. Y en el 82', parada de categoría mundial de Courtois tras ser desviado el balón por Rüdiger.
Sin embargo, el belga no pudo detener el disparo fuerte al primer palo de Lukebakio. 4-2. En un futbolín habría sido anulado por hueco, y en un partido de recreo de colegio, por tirar a trallón. Ya nos había avisado Alberto Cosín en su previa del peligro de este futbolista. Ancelotti se disponía a introducir algún cambio más, pero el gol sevillista le cortó la digestión y abortó misión.
Al final, el Madrid de Hey Jude, with a little (no tan little) help from his friends, se impuso al Sevilla del sargento Pimienta.
Hasta el año que viene. Feliz blanca Navidad.
Getty Images.