Santa Fe Deportivo
·17 de março de 2025
Así podría ser el grupo de la muerte de la Copa Sudamericana

Santa Fe Deportivo
·17 de março de 2025
La Copa Sudamericana conocerá sus grupos este lunes, cuando se realice el sorteo en Luque, Paraguay, donde tiene su sede oficial la Conmebol. Con seis representantes argentinos y varios cucos del resto de Sudamérica, las bolillas podrían conformar una zona con cuatro clubes importantes.
En el bombo uno hay varios equipos fuertes como Gremio, Independiente, Cruzeiro, Fluminense y Lanús, pero sin dudas el más temible de todos es Atlético Minerio, subcampeón de la última edición de la Copa Libertadores que jugará esta Sudamericana por descudiar el Brasileirao apuntando todos sus cañones a la Gloria Eterna, donde cayó 3-1 ante Botafogo en la gran final.
En lo que respecta al segundo bolillero, el club más fuerte que aparece es Vasco da Gama, pero al ser del mismo país que el Galo no puede integrar el mismo grupo, y ahí podría ubicarse Huracán, de gran andar en el Torneo Apertura sumado a que el año pasado luchó por el título hasta la última fecha.
En el bombo tres, Once Caldas aparece como el rival más complicado, más allá de que no esté pasando un buen momento en la Liga de Colombia, donde marcha undécimo con 12 unidades. El hecho de tener que viajar hasta Manizales y que el estadio esté a 2.150 metro de altura lo transforman en un equipo difícil.
Por último, el bolillero cuatro tiene un equipo que resalta por sobre el resto con diferencia y que se había armado para disputar la Libertadores: Corinthians. El club conducido por Ramón Díaz perdió en la fase 3 del repechaje contra Barcelona de Ecuador y por eso jugará la Sudamericana, pero tampoco podría estar en el grupo de la muerte por ser brasileño.
De esta manera, el rival más complicado del último copón es San José Oruro, equipo que marcha tercero en la Liga de Bolivia aunque está a 19 puntos de Bolívar, líder del campeonato. Al igual que Once Caldas, la altura de su estadio es un factor trascendental y la misma está a 3.735 metros sobre el nivel del mar, lo que le dificulta el ritmo normal del partido a los equipos que lo visitan.