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La Galerna

·14 de abril de 2025

Mira, chato (CLXXII)

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¿4-0? Me fío de los gafes. Ah: Nico y Sancet, tela, ¿eh?

Recuerdo perfectamente todos aquellos lunes galérnicos con el Madrid en batallas europeas y partidazos a la vista. Eso que sólo se puede vivir en el Bernabéu, como sólo en Sevilla se puede visitar la Giralda.

Grandísimas vísperas con desenlaces inolvidables. Ha dominado este panorama: un resultado potable fuera y lío en casa después. Aquel 1-0 en París, gol de Kylian. Las vísperas era tensas, pero no estas. El asunto se lio con otro gol suyo para el 0-1 aquí. Hizo el tío otros dos, en fuera de juego, a Dios gracias. Luego batió a Courtois cuatro veces. Benzema hizo tres y todos legales. Total, ñak.


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Un gol en contra. Excitación, ‘ma non troppo’, diría Carletto. Y bueno… En nada, vuelta la mula al trigo con el City. 4-3 y Marhez, 0-1… y ya saben. El número gordo fue con el Chelsea. Aquella otra noche de Benzema & Vinícius en Londres, 1-3. Un amigo se lamentaba que había pagado 400 pavos por no sé qué entrada vip… y la acabó enmarcando. Él y sus cinco acompañantes. Marcó Rüdiger para ellos, recordarán. Otra noche que pintaba simplemente dura fue la última vuelta con el Bayern: 2-2 allí, 0-1 aquí… ¡San Joselu! Pues eso: bueno, bueno.

Lo que llega recuerda más aquellas noches de cuando la Quinta y anteriores. Aquel 3-0 en Bruselas con el Anderlecht, otro en Glasgow vs. Celtic. El 5-1 con el Borussia Mönchengladbach. Cosillas con el Inter… A todos remontó el Madrid. Aquello, como esto, tiene una ventaja: sabes a lo que vas. No hay dudas. Vienes ‘meneao’ y te pones en manos de los espíritus. Y de los vivos, por ejemplo, Camacho. Sus gritos en el túnel: ¡la primera falta, nosotros! Y la segunda.

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Los jugadores lo tienen claro y el pueblo, como sus abuelos entonces. Está todo sabido y pensado. Es la guerra, diría Gila. Deportiva, por supuesto. Y nada que ver este fútbol con aquel. Rüdiger es una madre al lado de Camacho y alrededores. Otros tiempos, mismo momento, idéntica conjura: hacer realidad lo imposible. Levantar un 3-0. Porque sí parece eso, imposible.

Parece. No hay nada futbolístico que lo sostenga, dicen los malajes. Los mismos que sostienen algo que sí es muy futbolero: algún día se romperá el cántaro. ‘Quícir’ la misma osadía es sostener que el Madrid puede hacerlo que defender lo contrario y confiar en lo complicado de repetir la faena.

Pero… El Madrid tiene a su favor algo que no he visto considerar desde que terminó el partido de ida: la condición gafe, pero muy gafe, de todos esos que durante los últimos once años han sufrido ver cómo ganaba una Copa de Europa cada año y medio. Siguen apretando. Yo me fío de ellos.

El Madrid tiene a su favor la condición gafe, pero muy gafe, de todos esos que durante los últimos once años han sufrido ver cómo ganaba una Copa de Europa cada año y medio

Son muy gafes, mucho. Pero en lugar de callar y cruzar los dedos, siguen y siguen con sus mismas pavadas. La última, hilarante, data de marzo: ¡Pep, hazlo! ¡Jaaaja!

Han sido de PSG, City sobre todo, Liverpool, Dortmund, Bayern, últimamente de Atleti y este Arsenal… El Madrid tiene a su lado a los gafes: si Arteta lo supiera les pagaría para que callaran.

Pasado mañana. ¿Y? Yo creo. Puede que no sea posible. Incluso que vuelva a perder el Madrid. Es fútbol. ¿Quién podía esperar que a Mbappé se le cruzaran los cables en Vitoria? Pues eso.

Fútbol tiene el Arsenal para jorobar la noche. También el Madrid para enloquecerla. Que no ha estado bien este año, aquí nos lo van a contar. Además, resulta que es otra cosa. Tiene fútbol y futbolistas y el reinado, la historia, la camiseta, lo que nadie tiene. Todo eso.

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Es el motivo por el que con 3-0 en contra, y una inferioridad manifiesta y admitida en Londres, el mundo sabe que la remontada es posible. Sólo aquí. Y una certeza: la Champions sin el Madrid no es lo mismo. Por emoción, por solera, por gancho mundial, el mundo normal —que sigue siendo la mayoría— desea que clasifique y seguir viviendo lo increíble.

Dato final: el Madrid tiene 15 títulos, entre los otros siete cuartofinalistas, siete, seven, sieben, sept, hét —en húngaro, homenaje a Pancho Puskas— suman 16.

Pues hala. Un abrazo y ánimo: son tres días mal ‘contaos’.

(Nota final: he visto casi todo el Athletic-Rayo. Magnífico. Lo de los tales Sancet y Nico Williams, tela. Para pensarlo, ¿eh?).

Getty Images

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