ECUAGOL
·18 de dezembro de 2024
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·18 de dezembro de 2024
Hace exactamente un año, Gustavo Costas era presentado como director técnico de Racing. Después de idas y vueltas, arregló su contrato "por el pancho y la coca". Si bien, en plena campaña electoral, Víctor Blanco aseguró que siempre fue su principal candidato al banco de la Academia, el ahora ex presidente se aprovechó de la pasión que el DT siente por el club y le ofreció un contrato muy bajo. Incluso, el técnico-hincha perdió colaboradores en el camino porque el presupuesto no alcanzaba para pagarle a todo su equipo. Ahora, la flamante comisión directiva entrante, con Diego Milito a la cabeza, tiene que renovar el vínculo con el hombre que logró la Copa Sudamericana y parece que esta vez "Costitas" va hacerse valer.
Habrá que decirlo. Hace dos meses, nadie estaba seguro de Costas. Una caída con Boca en la Liga Profesional hubiera precipitado la salida del técnico, aunque el equipo desfilaba en la Copa Sudamericana. Y, en esos días, la gente de Víctor Blanco hasta se jugó un tiro por repatriar a Chacho Coudet.
Y, si bien nunca lo admitió públicamente, Gustavo Adolfo Costas nunca fue del gusto de Diego Milito: el Príncipe tiene otra visión y, en su ideal, los que debían llegar al banco de Racing eran los Mellizos Guillermo y Gustavo Barros Schelotto.
Según se supo, en la primera charla Milito y compañía le ofrecieron una suba del 30 por ciento a Costas. Pero la base de arranque es muy baja y esta vez el DT pretende que le hagan un contrato a la altura de su figura. Tanto por tratarse de un técnico que obtuvo títulos en seis países como por haber logrado una copa internacional para Racing luego de 36 años.
Para colmo, ahora le surgió un competidor a Racing que llega con millones. Se trata del Santos de Brasil. El recién ascendido quiere armar un súper equipo en busca de la gloria perdida. Si hasta se habló de la posible vuelta de Neymar. El apuntado era Gustavo Quinteros, pero el DT de Vélez sigue enfocado en los desafíos del club de Liniers y en San Pablo comenzaron a perder la paciencia y pusieron el ojo en el último campeón de la Sudamericana que se cansó de despachar equipos brasileros.