Revista MadridistaReal
·28. November 2024
Revista MadridistaReal
·28. November 2024
El primer examen de campanillas para el Real Madrid estaba fijado en Liverpool, bajo el calor incesante de los aficionados ‘reds’ y con el himno de la Champions de fondo. La nota, un suspenso de manual (2-0), dibuja ahora un mar de dudas en un conjunto blanco que, mirando la clasificación, se lleva las manos a la cabeza. No da crédito. El bagaje, en cinco partido disputados (con tan solo seis puntos cosechados, lo que le estaciona en la vigesimocuarta posición), habla en un idioma desconocido para los hombres de Carlo Ancelotti. El equipo, sigue encallado.
Hincar rodilla en Anfield entraba dentro de la agenda madridista. Enfrente, un líder de la Premier que, al doblegar al Madrid, también se encamara en lo alto de la tabla europea. Está de dulce. Pero lo que realmente chirría por Chamartín horas después del batazaco es la forma de caer. El equipo solo chutó tres veces entre los tres palos y se parapetó demasiado en su propio campo. Con esa panorámica, los ingleses lograron desmelenarse hasta abrir brecha en el marcador.
Otro día más, el MVP del Madrid terminó siendo Courtois. Mala señal. Sin la participación excelsa del cancerbero belga, el resultado, a buen seguro, habría tornado en una goleada que hubiera salpicado todavía más a la moral. Thibaut, que sacó varias manos felinas, mantuvo a los suyos en todo momento y poco pudo hacer en los tantos encajados a manos de Mac Allister y Gakpo, que convirtieron en el segundo periodo.
Pese a que el conjunto capitalino aterrizó en Liverpool con el acicate de haber vencido a Osasuna y Leganés en Liga, dos encuentros en lo que se dio cita un juego coral y un carácter propio de la entidad madrileña que permitió recortar puntos al eterno rival, sobre el tapete de Anfield el Real Madrid volvió a las andadas. Retornaron los fantasmas del pasado, los mismos que hicieron acto de presencia ante FC Barcelona, Milan y Lille. Para más inri, el capítulo de las lesiones tampoco cesó: Camavinga, el último en caer.
El foco de las críticas se ha centrado en Kylian Mbappé. Nada nuevo. El francés, que está a años luz de esa versión con la que dejaba a los rivales en la cuneta, sucumbió anoche. Ni velocidad, ni tino. Tampoco galones. Y justo en el momento en el que tenía que marcar diferencias, desde el punto de penalti, el ‘9’ marró. Un penalti tirado por la borda que se antojaba clave en el devenir del duelo, y es que, en esos instantes, el luminoso no marcaba una diferencia abismal (1-0). Era la noche perfecta para la estrella blanca -Kylian- pero culminó estrellado.
Sin tiempo para digerir la derrota, el Real Madrid hojea el calendario y se encuentra a la vuelta de la esquina al Getafe (domingo, 16.15 horas), que podría ser una buena piedra de toque a la hora de recobrar esperanzas. Si bien la clasificación en Champions causa estragos en la nave blanca, en la competición doméstica el FC Barcelona de Flick empieza a olisquear la presencia de un Madrid que debe regresar a la senda triunfal. Y, sobre todo, a la regularidad.