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MUNDO MILLOS

·30 de septiembre de 2024

Canto de gol: tapar el sol con un dedo

Imagen del artículo:Canto de gol: tapar el sol con un dedo

¿Usted imagina cubrir una puñalada a un hincha con una curita? ¿O darle una palmada en el hombro a un hincha al que en una pelea le machetearon una extremidad? ¿Le pondría unas gafas a un hincha al que de una pedrada le sacaron un ojo para solucionar las cosas?

No se me ocurren ejemplos más estúpidos al tratar de igualar la respuesta de la Dimayor para contrarrestar los casos de violencia en Medellín y la suspensión del partido el jueves pasado. No hay noticias oficiales, no se ha hablado de la pérdida de puntos, no se ha mencionado nada sobre sanciones económicas; no hay individualización, no hay arrestos, no hay sentencias penales. No hay represalias a una logística permisiva, no hay respuestas a por qué no hay policía en los controles de ingreso. Y no dejó de rodar la pelota ni de transmitirse el fútbol en Win Sports desde el día inmediatamente posterior.


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La única medida tomada, ridícula y sinsentido, fue impuesta en cada acto protocolario de la fecha 12. Un spoiler para los dirigentes del fútbol colombiano: la formación intercalada de los jugadores en los himnos y la puesta de la camiseta del rival por cada capitán NO hace que los crímenes por esas mismas prendas cesen. Es hasta gracioso que Sheyla García estuviera aterrada porque nunca había visto algo tan terrible como un desfile de heridos frente a ella en la zona mixta, cuando en los barrios y en las carreteras es el pan de cada día. Que ella no lo vea no significa que no pase.

En Ibagué los criminales esperan escondidos en las montañas contiguas a la vía por la que salen los buses de los hinchas visitantes para atacarlos a piedra. En Medellín le lanzan navajas a los jugadores rivales cuando van a cobrar un tiro de esquina. Los asesinos atacan a cualquiera que vista de otro color y los emboscan en las calles y las estaciones de Transmilenio en Bogotá. En Barranquilla esperan a que los jugadores rivales se vayan a subir al bus para ir a agredirlos. A lo largo de las vías Villavicencio – Bogotá y Tunja – Bogotá los locales comerciales cierran o se exponen a ser saqueados o a que su producido sea robado. En Cali algunos conductores «venden» al hincha visitante para ser apaleado por criminales locales. Palmira y otras ciudades albergan asesinos que le esculcan la piel a los asistentes, buscando tatuajes «incriminatorios». En Barrancabermeja hacían retenes en la carretera para destruir buses con hinchas visitantes y vehículos con placas de la ciudad de donde el rival es oriundo. Y la lista sigue…

Todos sabemos esto, todos los hinchas de todos los equipos sabemos estas historias por lo que nos ha pasado o les ha pasado a amigos nuestros, en viajes y en experiencias en casas, colegios, trabajos, universidades y barrios. Y por eso mismo cuando vestimos una prenda de nuestro equipo sufrimos señalamientos y nos temen o nos odian o ambas, por lo que los ciudadanos han sufrido con alguien que porta una camiseta con el escudo de Millonarios, de Santa Fe, de América, de Nacional, de Junior, de Cali, de Medellín… Y una foto con la terna arbitral de dos capitanes con camisetas cambiadas no va a devolver los órganos perdidos, no va a sanar las heridas y no va a devolverle a las familias los hijos e hijas asesinados.

«El lagarto Jaramillo ratifica que es un inútil absoluto» fue la arremetida de Iván Mejía Álvarez al presidente de la Dimayor. Que Dorlan Pabón no se haya querido poner la camiseta de Millos, que Dayro Moreno se pusiera la de Medellín, o que Mackalister haya vestido la tela naranja de Envigado es tapar el sol con un dedo y no va a llevar a la cárcel al criminal de camiseta amarilla que desde el grupo de hinchas de Junior tiró a apuñalar la cabeza del hincha de Nacional; o a juicio y expulsión de los estadios al que recibe a puños y patadas en la cara al hincha del Junior que cae del segundo al primer piso del Atanasio. Y claro, si los dirigentes en 2017 robaron a los hinchas con la fantasía de la carnetización y tampoco hay reprendidos, ¿qué puede esperarse de sus reacciones, campañas estúpidas y sanciones al cemento?

El canto de gol para acompañar esta columna es ‘Señor Cobranza’ de la banda de Barracas Bersuit Vergarabat:

Carlos Martínez Rojas@ultrabogotano

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